De Juan en el capítulo 11, del versículo 1 al 45
5º Domingo de Cuaresma - 10 de Abril
Dos amigos entran juntos en un bar; tienen ganas de baile pero al entrar, ven que no hay ni un alma, entonces, descorazonado, uno le dice a otro: “Tío, ¡esto está… muerto!”. Mamá acaba de ofrecerte una de sus especialidades: natillas con base de galleta y canelita molida por encima; podrías utilizar cualquier expresión pero sin duda, cuando tu amantísima progenitora te pregunta: “¿cómo están las natillas? La expresión que nace en ti de manera más natural es: “ Mami, están…de muerte”. Una más. Terminas un examen de...de la asignatura que sea, has puesto todo tu empeño en su realización y cuando terminas, la profesora de la clase siguiente te pregunta: “¿cómo estás?” A lo que tú, exhausto/a por las interminables ¿horas? que has invertido, cansado/a de los miles de ¿esquemas, resúmenes y mapas? que has confeccionado en tu afán de adherir esa ingente cantidad de conocimientos a tu cabeza, con un tenue hilo de voz contestas: “estoy…muerto/a”. Reconozcámoslo, tenemos la muerte todo el día en la boca, ¿quién no se ha hecho el/la muerto/a?¿quién no ha matado el tiempo?¿quién no ha dicho alguna vez: “me has matao” o “que me maten”? Y es que los seres humanos tenemos muy presente a esta ingrata; desde muy temprana edad la conocemos, y hasta el día en que llega a nuestras vidas la tememos.
La Buena Noticia de este Domingo nos habla de una de las muertes más famosas de todo el Evangelio. Es Juan quien nos la dejó escrita. Se trata de la defunción de un amigo de Jesús, un buen amigo (lloró por él); hermano de Marta y María…¿necesitáis más señas?...¿Sí?...¿Y si os digo que Jesús lo “revivificó”, lo devolvió a la vida? Ahora sí ¿verdad? Se trata de Lázaro. Todos/as hemos oído este pasaje cientos de veces, y seríamos capaces de reproducirlo casi al pie de la letra, estoy seguro (en este punto los/las más observadores/as, podrían preguntarme, ¿por qué has dicho “revivificó” y no “resucitó”? Sin adentrarnos en cosas que ahora mismo no nos aportan mucho, les diría que “resucitar” implica no volver a morir. Jesús resucitó y ya vive eternamente, mientras que Lázaro, después de pasados los años desde la “revivificación”, se entiende que volvió a morir, ya de viejo y con un montón de nietos, creo). Vale, todos/as conocéis el relato desde pequeño/as. Y en todo este tiempo…¿no os habéis preguntado de qué murió Lázaro?. Juan nos da un montón de detalles: los nombres, las ubicaciones, que estaba enfermo, la hora en que se entera Jesús, los días que pasa en tal sitio, en el otro,…(leedlo, ¡nos os va a pasar nada!, la Biblia no quema) pero no nos dice el motivo de la muerte.
Y me paré a pensar en cosas que produzcan muerte. Y sin querer aparecieron rostros de personas. Pensé en las que perdemos por su avanzada edad, por enfermedad o accidentes. Pensé en las personas que son obligadas a matar y aquellas a las que estos matan en los cientos de conflictos que hoy día anidan nuestro mundo lejos de aquí. Pero también pensé en esos chicos, en esas chicas que matamos (socialmente) en los patios, en las aulas de nuestros colegios. Y pensé que a parte de muchas causas, la muerte tiene mucha ropa: a veces se viste de violencia y agresión, otras de aislamiento e indiferencia, otras de opresión y silencio y otras de “yo contigo no me junto” o “tú no juegas” o “lárgate y déjame solo”.
Y en toda ellas, en todas y cada una de estas situaciones, sea cual sea la causa o el motivo, hay una razón para la ESPERANZA: Marta y María mandaron llamar a Jesús porque sabían que Él podría sanarlo, Santa Emilia nos dice “pongamos nuestra confianza en Dios” porque sabía que su voluntad era verdadero amor, y nosotros/as debemos tomar conciencia de que DIOS TIENE FE EN NOSTROS/AS: somos sus enviados/as, los/las llamados/as a revivificar, a devolver a la vida todo aquello que los seres humanos, a veces, parecemos empeñados en matar.
¡Ahora vívelo!
- Trata de vivir a tope esta semana. Escoge un itinerario que hagas muy a menudo (del colegio a casa) y trata de poner los cinco sentidos en él, los olores, los sonidos, las texturas de los edificios, las emociones de los rostros de las personas que te encuentras por la calle...
- Regala vida esta semana. Un gesto tuyo (una charla, un beso, un abrazo, un salir a pasear...) puede revivifircarlo/a.
Para ti que animas...
Un tal Jesús ya nos es conocido. El relato de Juan es dramatizado en el capítulo 102, titulado “El amigo muerto". Pincha en aquí [ir] y accede al texto teatralizado y el archivo de audio en .mp3. Puede ser divertidísimo tratar de organizar una representación con este Evangelio.
Con los jóvenes utiliza la canción "Pero a tu lado" de Los Secretos para sacarle todo el jugo a la Buena Noticia de esta semana. Escucha el tema y si te animas, utiliza el documento de trabajo que tienes a tu disposición:
Y para los más peques, una nueva versión del Evangelio en DIBUJOS ANIMADOS:
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