Queridos todos/as hoy la iglesia, Pueblo de Dios, recuerda la vida y legado, el testimonio de bondad de una persona maravillosa, verdadera obra maestra del Padre que hace ya muchos años iluminó su tiempo y su pueblo y a la que nos referimos como nuestra fundadora. Una sola fue la consiga de Santa Emilia: AMAR. Sed valientes para amar, aunad las fuerzas para dejaros amar, sed verdaderos/as seguidores de Jesús al estilo de Emilia de Rodat.
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